Alejandro Sanz ha ofrecido hoy en el Estadio de La Cartuja de Sevilla un concierto tridimensional junto a sus amigos Jamie Cullum, Pablo Alborán, David Bisbal, Malú y Manolo García, con los que ha enamorado a las más de 20.000 asistentes, porque la gran mayoría fueron mujeres que corearon todas las letras.
Incluido en su gira “La música no se toca”, el último trabajo discográfico de Sanz
y su noveno disco de estudio, el concierto ha durado dos horas con una
mezcla de baladas y canciones roqueras que ha interpretado en solitario y
también junto a sus amigos, para los que reservó viejos éxitos.
Sanz eligió al elenco
de cantantes que le acompañaron porque, según explicó a los
periodistas, todos ellos menos el británico Cullum son representativos
de la música española, desde Manolo García (de El Último de la Fila),
que “forma parte de nuestra banda sonora de toda la vida”, hasta Pablo
Alborán, la “última joya de la corona”.
Poco después de calificar como
“sinvergüenzas” a los dirigentes del Fondo Monetario Internacional por
pedir despidos y salarios más baratos en España, Sanz
subrayó en el escenario que Sevilla fue muy especial en su infancia y
que por eso había preparado una “bandeja de pastelitos” para su público
con la presencia de los cinco “amigos”.
El cantante interpretó 18 temas, dos
de ellos bises, uno con Pablo Alborán, basados en el amor y el
romanticismo, gracias a lo cual logra un gran fervor del público
femenino, que realzó las canciones cantándolas, en ocasiones sin
necesidad de que las entonara Sanz, y con algunos hombres junto a ellas, la mayoría con la impresión de estar sólo de acompañantes.
“¿De qué se puede hablar en las
canciones si no es de amor?”, había avanzado en alguna ocasión el
cantante, que ya tiene casa en Madrid para vivir en España y asegura que
enseña a su hijo, de un año y 8 meses, la cultura andaluza, de donde es
su familia.
Entre algunas de las canciones, como “No es lo mismo”, “Se vende” o “Cuando nadie me ve”, todas ellas compuestas por él, Sanz
explicó su idea de la utopía, “algo que se aleja diez metros cuando te
acercas diez metros y que sirve para caminar”, tras lo cual instó
a “luchar por nuestros sueños”.
“¡Tú sí que vales!”, le dijo en alguna
ocasión el público sevillano, que le aplaudió por bulerías y con el que
se mostró muy cercano, igual que con las 600 personas que trabajaron en
el concierto, con las que se fotografió antes de actuar y tras la
prueba de sonido, cuando el cantante hizo carantoñas con su hijo.
“¿A soñar?”, se preguntó el cantante
madrileño de origen andaluz antes de llegar a Sevilla a través de su
cuenta de twitter, algo que, sin duda, ha logrado que sienta su público
ayudado por los 100.000 vatios de sonido y gracias a temas como “Corazón
partío”, que tocó con su “hermano” José Carlos y que han provocado el
éxtasis.
La actuación en Sevilla, en las que ha
estado acompañado de 10 músicos, 5 de ellas mujeres, ha contado con una
novedosa puesta en escena con proyecciones tridimensionales y también
ha servido para grabar el DVD de la gira, que comenzó el año pasado en
América y ha sido vista por más de 300.000 espectadores de 11 países.
El artista español más laureado de la
historia de los premios Grammy Latinos ha hecho una mención especial a
las asistentes que han dormido ante el estadio desde el domingo para
obtener un buen lugar ante el escenario, la zona más cara, por la que
pagaron 80 euros.
La gira de Sanz por
España acaba el 11 de agosto, cuando actuará en Cádiz, concierto que, ha
vaticinado, será “memorable”, igual que la fiesta posterior, porque,
entre otros motivos, de la provincia gaditana son su padre y su madre,
que murió el año pasado, y adonde regresa cada año...
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